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Mis poesías no tienen ni rima no metrica. Si encuentras alguna de ellas que tenga, enhorabuena, porque no lo hago aproposito :P

domingo, 25 de septiembre de 2011 15:36
Capitulo dos de Taiyo no Hansa
Capitulo dos

-¡¿QUE DIABLOS ESTA PASANDO?!-Grité aun más asustada.
-Que un ascensor está subiendo, no hay mucho misterio.-Dijo el chico con tranquilidad.
-¡La casa solo tiene treinta seis pisos!
-Eso es lo que siempre te han dicho… ¿Por qué tendrías que creerlo?
-¡Esta es una broma de muy mal gusto!-Dije enojada, creyendo que el chico me estaba tomando el pelo.- ¡Sácame de aquí ahora mismo, hay gente esperándome abajo!
-Lamento decirte que esto no es ninguna broma,-Dijo el chico mirándome.- querida Oyita.
-¡¿Como sabes mi nombre?!-Dije sobresaltada.-¡¿Qué te da permiso como para hablarme con tanta confianza!?
-Mira que eres gritona…
-¡¿Cómo te atreves a…?!-Grité enfadada, ese chico había acabado con mi poca paciencia.-¡¿Quién te has creído que eres?!
-Llámame Uskit si quieres, así es como me llama todo el mundo.
Definitivo, ese chico era tonto o vivía en el lugar más alejado de la más básica sociedad.
-¡¿Se puede saber a dónde va este ascensor?!-Dije, intentando no perder los nervios aun más.
-No, ya lo sabrás cuando llegues. Si pudieras dejar de gritar te lo agradecería mucho, aun queda un poco más.
Le miré enojada, pero no le dije nada. Al fin y al cabo, era una inutilidad malgastar más saliva con él. Me fijé en el viejo ascensor. Era más grande de lo que parecía desde fuera, incluso más grande que el nuevo, pero tenía algo muy extraño. Las paredes estaban completamente limpias y eran lisas, como si se acabara de estrenar, pero el resto del ascensor tenía un aspecto lastimoso, en especial la zona de los botones. De repente me di cuenta de algo, lo único que notaba de movimiento en el ascensor era la sensación de subida, pero el ascensor no hacía ruido, ni siquiera traqueteaba, cosa que hacía hasta el nuevo ascensor. Era como si estuviera flotando, subiendo sin ayuda de cables o contrapesos. Me estremecí, cada vez este asunto me daba más mala espina, pero estaba claro que hasta que el ascensor llegara hasta su destino, no iba a saber nada de nada. Miré el suelo, demasiado sucio como para que quisiera sentarme en él. El ascensor paró y el chico suspiró.
-Qué asco de viaje, ya podrías ser más simpática...-Dijo con cara aburrida, abrió las puertas del ascensor y salió
Le miré horrorizada. El chico estaba flotando sobre la nada junto al ascensor. Vi varias nubes pasar a sus espaldas.
-Va, ¿a qué esperas para salir? ¿Quieres pasar toda la vida ahí dentro?
-¡ESTAS FLOTANDO!-Le grité.
-Sí, y el ascensor también, así que sal de una vez.
Avancé unos pasos, hasta acercarme a las puertas del ascensor, pero cuando miré al borde, retrocedí rápidamente y me caí al suelo. Me sentía terriblemente mareada.
-Así que aparte de ser una gritona también tienes vértigo. Perfecto, eres una floja.
Quise replicar, pero cada vez me sentía más mareada y no puede pronunciar ni media palabra.
-Bueno, las órdenes eran que te trajera hasta aquí. Cuando quieras sales, te estarán esperando en aquella puerta.-Dijo Uskit y señaló a una lejana puerta en el horizonte.-Adiós.-Y se desvaneció en la nada.
Intenté levantarme, pero rápidamente volví a sentarme. Estaba demasiado mareada como para hacer algo, todo giraba a mí alrededor. Cerré los ojos con fuerza. Todo aquello tenía que ser una pesadilla, no podía estar pasándome a mí. Oí una voz familiar, pero no logré reconocer a quien pertenecía... Abrí los ojos, me encontraba en el mismo ascensor. Volví a oír la voz, provenía del exterior del ascensor. Miré hacia fuera, donde vi a un chico mirándome preocupado. Su cara me resultaba familiar pero tampoco lograba reconocerla. Veía como movía la boca, intentado decirme algo, pero yo solo lograba escuchar algunas silabas sueltas.
Vi que se acercaba, cogía un vaso de agua y me lo echaba sobre la cabeza. Al instante me sentí mucho más despejada, aunque aun seguía mareada, y oí lo que me estaba diciendo.
-¿Se encuentra bien, señorita Mira? Hace media hora que la esperamos...-Me dijo con preocupación.
Intenté decir algo, pero aun seguía demasiado mareada como para poder decir algo entendible.
-Oh, ¿estáis mareada? ¿Queréis que os ayude a ir hasta la puerta?
Asentí rápidamente. Fuera lo que fuera lo que hubiera en aquella puerta, quería irme cuanto antes de aquel ascensor. El chico me ayudó a levantarme y ande a tumbos hasta las puertas. Salí cuidadosamente, pero sin querer miré abajo. El mundo volvió a dar vueltas a mi alrededor y todo se volvió negro...

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